Despechada y molesta tras ser traicionada por su novio, Agnes, una universitaria, decide ir a un bar nocturno, en el que por casualidad conoce a aquel con el que termina pasando la noche. Al otro día por la mañana, en cuanto se dio cuenta de lo que había hecho a causa de la ebriedad, escapa del hotel dejando al apuesto hombre aun dormido. Luego de cuatro semanas,se entera de que está embarazada y decide continuar el embarazo y ser madre soltera. Cuatro años después, se reencuentra con el padre de su hija, en la compañía en donde el padre de su hija resulta ser el CEO y ella una simple oficinista. Al verse revelado su secreto. Agnes es forzada a un matrimonio con el padre de su hija. Aunque las cosas resultan peor de lo que esperaba, lejos de ser un matrimonio parecía que vivía en el infierno, a pesar de todos sus esfuerzos por convertirse en una verdadera esposa, su nuevo esposo era (en sus propias palabras) un tirano posesivo, ególatra y mafioso. Su nueva meta era escapar de la tiranía de él y de toda su familia que se empeñaban en hacerle la vida imposible. Aunque, en realidad, el amor ha estado gestándose en lo profundo del corazón del tirano sin que él se dé cuenta. “No dejaré que me dejes, mi pequeña esposa”.
Leer másHabían pasado dos años y aún continuaba asimilandolo, el tiempo pasó demasiado rápido, supongo que así se siente cuando disfrutas de tu vida. Y últimamente, no había nada en mi vida que no disfrutara; las ventas de mi tienda iban excelentes, tanto que pronto inauguraría otras sucursales. Mis diseños había causado tendencia y mi matrimonio era perfecto, aunque Oliver seguía siendo frío y calculador con los demás, con nuestros hijos y conmigo era amoroso y protector. No necesitaba más. Hoy celebramos la Navidad. Al igual que el año pasado; en familia. Se había convertido en una tradición familiar. Aunque nunca invitamos a mis padres y a los de Oliver, pero que estuviéramos nosotros era suficiente. La navidad se sentía más real. El aroma a las galletas de jengibre de Alicia y las risas de los niños inundaban la casa. Nuestros gemelos; Adrien y James, ya podían caminar y correteaban alrededor del árbol navideño, siguiendo a su hermana mayor, que ahora tenía ocho años. La niñera, era
POV Agnes. La cena transcurría con una calma inusual. La suave luz de las velas envolvía el ambiente y me hacía recordar la noche anterior, Oliver lo había planeado, estaba segura de que lo hacía por ello ¿Quería excitarme de nuevo? Porque lo había conseguido. En medio de la cena, el teléfono comenzó a timbrar, y al ver en la pantalla un número desconocido fruncí el ceño sin saber quién podría ser. —Debo contestar. —Murmuré para mí misma, avisando a Oliver que debía retirarme de la mesa, pero él no respondió. Continuó como si nada, mientras alimentaba a Amy. No le di más importancia de la necesaria y sin titubear presioné el botón de contestar, pero al hacerlo, la voz en el otro extremo congeló mi respiración. —Señorita Isabella... —Susurré con un deje de emoción, pero la sorpresa era mayor. —Hola, Agnes. ¿Cómo estás? —Preguntó ella con voz serena. Sonreí por inercia, ella siempre había sido algo fría, pero en el fondo tenía un gran corazón. Y yo, mejor que nadie, lo sabía.
Desperté de inmediato al escuchar un quejido desde la habitación principal, había pasado la noche en el sofá de la sala porque me había dormido sin darme cuenta. El sol se colaba por la ventana, iluminando el salón con un resplandor dorado.Escuché el quejido nuevamente, pero esta vez más silente, era la voz de Agnes.Rápidamente caminé hacia la habitación.Agnes aún estaba acostada, pero sus ojos estaban despiertos, casi llorando, mientras estaba envuelta en la cobija que le coloqué la noche anterior.Me acerqué a ella y tras sentarme a su lado acaricié su cabello. —¿Qué ocurre, Agnes? —Pregunté en un susurro, pero ella negó levemente—. Te escuché quejarte.Ella negó y se envolvió aún más en las sábanas. —No es nada.—Dime. —Demandé buscando descubrir su rostro. Ella asomó su rostro y me miró con duda en sus ojos.—Me duele todo. —Confesó avergonzada y con un deje de dolor.La noche había sido intensa, y ambos lo sabíamos. La pasión desenfrenada nos había dejado exhaustos, pero Ag
POV Oliver.Desperté a medianoche con un deseo irresistible. La luna llena iluminaba tenuemente la habitación, y allí estaba Agnes, durmiendo plácidamente a mi lado.Su belleza era casi hipnotizante, y no podía esperar más para sentirme dentro de sí. Me incliné y aislé el cabello que sobresalía hacia su rostro. Verla era un deleite y no pude controlarme, casi por instinto besé su cuello y fui descendiendo hacia sus hombros mientras sentía cómo su piel se erizaba al contacto con mis labios. Me detuve por lógica; no podía hacerle nada a una persona dormida, ni siquiera yo soy tan despreciable. Me dejé caer hacia atrás y paseé una mano por mi cabello mientras bufaba en silencio. No debí detenerme esta noche, se suponía que Agnes estaría conmigo hasta el amanecer, era una noche perfecta para hacerlo; mis hijos dormían y no había nadie más en casa que fuera testigo de los gemidos de Agnes. Quizás desaproveché la única noche en la que podríamos dejar el pudor a un lado.El carraspeo de su
Los segundos que pasaron fueron una tortura, no sabía si mi decisión solo traería discordias en mi familia, o si él realmente podría retroceder a su decisión solo por mí y la promesa que me hizo.—Oliver. —Dije con voz serena, pero suplicante—. Por favor regresa a la señorita Isabella. No es justo que la hayas despedido y lo sabes.En aquel instante, mientras las palabras flotaban en el aire y el único sonido era el leve crujido de la mandíbula de Oliver, sentí que mi corazón se detendría. Tenía tanto miedo de que por mi terquedad, solamente estuviera instigando a Oliver a deshacerse de mí y de nuestra historia. El simple hecho de pensarlo me partía el corazón, pero no podía evitarlo. Era lo correcto, puedo al menos intentarlo.Por un largo e interminable segundo, cruzamos miradas. —Si es lo que quieres, lo haré. —Dijo él cediendo a mi voluntad. Sonreí enternecida.—¡Gracias, gracias, gracias! —Exclamé abrazándolo y besando su cuello.Oliver sonrió y comenzó a acariciar mi espalda d
“Destino; ¿Alguien sabe realmente el significado de esta palabra? siempre quise conocer la respuesta. Tal vez el destino de los humanos simplemente es buscar su propio camino y yo, que me incursioné nuevamente en esta travesía llamada romance, no soy la excepción, pero no importa cuanto lo intente o cuanto piense que se hará realidad; el desenlace de mi ambición siempre es la misma”Al mirar atrás, me doy cuenta de que, desde antes de conocer a Oliver, yo ya era un poco autocompasiva y después de quedar embarazada y no tener apoyo, mi autocompasión aumentó. No juzgo a mi esposo por odiarme por ello, creo que desde un principio debí encarar las cosas y dejar de sentirme la víctima, pero así me sentí casi toda mi vida.Fue conocer al CEO, como mi esposo, lo que me ayudó a abrir los ojos. De una manera un tanto despiadada, pero los abrí.Recuerdo vagamente aquel tiempo en que todo parecía romperse en mil pedazos. La vida me sorprendió cuando la preeclampsia complicó mi embarazo y posterg
Último capítulo