Christopher, Alisson y Campbell salieron de Tentación como alma que lleva el diablo. Christopher no podía dejar de pensar en su hijo, en si había comido estos días, en si le habían leído su cuento todas las noches y si dormían con él cuando el miedo le ganaba por las noches. Su garganta parecía un camino de nudos y su corazón latía con desenfreno. Se subió en su automóvil con prisa seguido de Ryan y de su esposa y condujo hasta la delegación con rapidez. Tanto, que él camino hasta allá era de una hora y él llegó a los veinticinco minutos exactos.
No obstante, se bajó del auto cerrando la puerta con un golpe sordo y luego avanzó al interior de la delegación. Su pecho subía y bajaba con rapidez desmedida. Su puños estaban pálidos de tanto apretarlo y una furia en sus ojos grises se asomaba. Quería estrangularla con sus propias manos, pero sabía que tenía que calmarse. Cuando entró a la pequeña sala, echó sus hombros hacia atrás. Aniela estaba sentada en una silla de metal mientras dos h