Cap. 29: Te robo a tu marido.
Mike la recorrió con la mirada, devorándola de pies a cabeza, y una chispa de admiración y deseo se encendió en sus ojos. Dio un paso hacia ella, acortando la distancia entre ambos, y su voz salió suave, profunda, cargada de una intensidad que hizo que Stella sintiera un temblor en las piernas.
—Estás… hermosa. Sensual, diría —murmuró, manteniendo su mirada fija en ella mientras su mano rozaba suavemente su cintura—. Tanto, que me cuesta creer que seas real.
Stella sintió cómo el calor subía a sus mejillas y, por un momento, apenas pudo sostenerle la mirada. Cada palabra, cada gesto de Mike la hacía sentir deseada y única, dejándola sin aliento. Intentó responder, pero su voz se quedó atrapada en su garganta, perdida en la intensidad de sus ojos.
—Marco…—fue lo único que logró decir.
—Si seguimos así, me va a ser muy difícil salir de aquí sin deshacer ese peinado —añadió él, en un tono bajo y seductor.
El pulso de Stella se aceleró aún más, y un temblor recorrió su cuerpo mientras su