Cap. 14: Lo bonita que eres.
El peso de las emociones acumuladas sofocaba a Stella. Finalmente, decidió levantarse, sin hacer ruido, y se fue de la habitación sin decir una palabra.
Mike la sintió irse, aunque no abrió los ojos. Cuando estuvo seguro de que estaba solo, se quitó la ropa que le incomodaba tanto. El traje le había quedado corto, y ahora se sentía más liberado al quedarse solo en ropa interior. Se acomodó bajo las cobijas, sintiendo el frío del colchón bajo su cuerpo, y en cuestión de minutos se dejó llevar por el agotamiento, cayendo en un sueño profundo.
Pasado un rato, la puerta de la habitación se abrió de nuevo con un leve crujido. Stella regresó, envuelta en un camisón anticuado que había sido de su madre, una prenda tan sencilla y pasada de moda que encajaba perfectamente con su forma de ser. Entró con pasos sigilosos, indecisa y nerviosa, su respiración aún descompensada. Miró a Mike, dormido, relajado bajo las cobijas. A pesar de lo que había pasado minutos antes, decidió que no quería dejar