Capítulo 39
Luciano le tomó las manos para que ella sienta que el está ahí siempre, Estaban en medio del salón, rodeados de miradas, pero él no veía a nadie más, Solo a ella, a su mujer, a su Camila, era su centro, su vida.
—Te amo mi amor —dijo él, con ternura —. Eres tú desde el primer día. Y no pienso soltar lo que es mío.
Ella lo miró ahora su segura de su amor, Respiraba agitada, con el corazón en latiendo en su garganta.
Dio un paso hacia él y lo besó, Un beso tierno, lleno de todo lo que no habían podido decirse antes.
Santiago los vio y la rabia, los celos todo lo que lo quemaba se le subió a la cabeza, Cerró el puño y caminó directo hacia ellos, sin pensar en nada más, solo en recuperar lo que el aún creía que era suyo
Se metió entre los dos, empujando a Luciano por el hombro.
—¡Suéltala! —dijo con rabia—. Ella no es tuya, Luciano. ¡Camila, dime que no piensas regresar con este idiotal!
Luciano ni se movió, Solo lo miró con desprecio, pero ahora confiaba en ella más que en n