Capítulo 40
Luciano le quitó el vestido despacio, sin apuro, Lo bajó por sus hombros con cuidado, hasta dejarla completamente desnuda frente a él, había esperado este momento con ansiedad y que estuviera pasando era un sueño inimaginable.
Camila temblaba, No de miedo, sino de nervios, Sus pezones estaban duros por el viento cálido de la playa y su respiración era agitada, sabía que lo quería, intentaba recordar las noches en las que se tocó pensando en este momento junto a el
Él la miraba como si fuera la única mujer que había visto en su vida, nunca nadie le provocó lo que ella, no solo era el deseo, la pasión, era esa extraña sensación de sentir placer solo porque ella se sentía bien, no había egoísmo en la cama y eso tenía que ser amor
—Eres perfecta —murmuró, recorriendo su cuerpo con la mirada.
Le acarició la cintura, los muslos, los senos. Luego se acercó y le besó el cuello. Lentamente, con calma, La hizo sentarse sobre las sábanas. Él se arrodilló frente a ella.
—Tengo que pre