Abigail maldijo, sus manos habían quedado con raspaduras y su ropa completamente sucia.
Ella contuvo las ganas de llorar. No podía estarle pasando tantas cosas en un solo día, prácticamente al mismo tiempo.
Ella fue a levantarse hasta que vio la mano de aquel hombre.
—Lo siento, iba muy rápido y no me fijé, perdí el control de la motocicleta —se excusó.
—Un lo siento no es suficiente —ella contestó de manera repelente.
—Tienes toda la razón, un lo siento no es suficiente déjame compensarlo invitándote algo. —Ella rodó sus ojos en estos momentos lo que menos tenía era paciencia.
—No… cuando digo que aún lo siento no es suficiente no es para que me invites a algo, es para que comprendas que debes tener cuidado porque pudiste causar un accidente mayor.
Él sonrió mientras asentía con su cabeza.
—Tienes toda la razón y una vez más te pido disculpas. Pero en verdad me siento muy mal… necesito compensarte. Te invito a tomar un café o un trago.
Abigail sonrió con timidez y negó de in