La intensidad de sus besos aumentó. Él la sujetó con fuerza, como si temiera que pudiera escapar.
El sabor de sus labios lo tenía como un completo loco, su aroma, su sabor, absolutamente todo.
La falta de aire hizo que se separaran, la mirada de Rafael había cambiado drásticamente, ahora emanaba deseo, pasión… lujuria.
—¿A quién quieres engañar Abigail? Todo tu cuerpo reacciona ante mí.
Ella miró a un lado cuando el teléfono de Rafael comenzó a sonar y el nombre de Zoe aparecía en pantalla.
Por más que lo amara, que lo deseara, la realidad era otra… y no había nada que pudiera hacerla cambiar.
—Puede ser, mi cuerpo reacciona ante ti como reaccionaría ante cualquier hombre.
Rafael se tensionó de inmediato.
—¿De verdad crees que solo voy a reaccionar así porque eres tú? No… te equivocas.
El teléfono de Rafael volvió a sonar, él lo ignoró totalmente, su atención estaba en ella y en sus mentiras.
—Responde, es a ella a quien debes besar de esa manera, a ella deberías responderle