Abigail guardó silencio, no esperaba esa pregunta. Sí, lo amaba con locura, con una locura desbordada.
Pero ¿Qué pasaría sí decidiera decirle la verdad?
—Responde Abigail.
—¿Acaso cambiaría en algo lo que yo responda? Tú estás casado Rafael estás casado, con una mujer que te ama… estás con ella y ya nada de lo que diga o haga va a cambiar, especialmente por…
Ella quedó en silencio cuando él pegó sus labios a los suyos, cuando atrapó sus labios con intensidad, con deseo, con necesidad.
Rafael la besó con posesividad como hace mucho deseaba hacerlo como su cuerpo lo pedía como su corazón lo deseaba.
Sentir su cálido lento mezclado con el suyo.
Por unos instantes olvidaron por completo que el mundo exterior existía, que ya no eran los mismos que antes.
Ella se separó luego de que volvió a su realidad. La mirada de Rafael había cambiado por completo, en ese momento ya supo que había sido muy mala idea haber aceptado que él la ayudara.
—No hay necesidad de que respondas, pude notarlo,