Cuando veía a mi madre sentía que la odiaba pero después de esuchar lo que le contó a mi hermana algo dentro de mí cambió, sentí piedad... Tristeza, dolor... Ella tenía razón en el hecho de que yo y mi hermana no habíamos sufrido nada, realmente no conocíamos el mundo con toda su crueldad. Ninguna había perdido a una madre o hermanos, mucho menos de una forma tan violenta, nisiquiera habíamos pasado hambre... No me lo podía imaginar, siendo ultrajada desde que era una niña, con un padre tan perverso se me hacía un milagro que siguiera con vida y también lo sería que fuera buena persona. Lastimosamente no era el caso
Pensé muchísimo en esa bebé, viendo como su progenitor asesinaba a su madre a golpes, me preguntaba que habría sentido. Y en ese cuestionamiento tan profundo lo vi, fue como una especie de viaje astral... Interdimensional, algo completamente inexplicable. Allí estaba ella, pequeña y frágil con un vestido de cuadritos roji-blancos sucio, el pelo desordenado y un pañal mugr