Luego de mi rechazo el comportamiento de Alexander hacía mi persona cambió por completo, ya no solo era invivible sino que era cruel y déspota. Me trataba mal deliberadamente, delante de los niños, de Tamyria y de las mujeres del servicio doméstico. Me insultaba día y noche, se burlaba de mí, me decía cosas hirientes, me despreciaba por completo. A nadie le hacía gracia, nisiquiera a mi hermana que debería gozar de ver el desprecio hacia su ex mujer pero es que él se sobrepasaba.
Entendí que esa ira repentina era solo una manera de lavarse la cara por no haber querido devolverle el gesto cuando me besó el otro día, seguramente él pensaba que iba a estar rendida a sus pies: totalmente desesperada por volverlo a tener aunque fuera a medias. Pero no, yo ya no quería nada con él ni su amistad, ni su afecto, ni su lealtad, ni su ternura nisiquiera me importaba si me dirigía la palabra.
Estuve cinco años en coma vislumbrando como coqueteaba con mi hermana y se enamoraba lentamente de ella.