Mundo ficciónIniciar sesiónSin dudarlo, giró sobre sus talones y comenzó a correr en dirección opuesta, alejándose de la tienda de plantas, los botines de tacón golpeaban el suelo con un ritmo seco y traicionero, no eran para correr, no eran para escapar, cada paso era un riesgo, pero no podía detenerse. Sabía que si la reconocían, Masón estaría sobre ella en minutos, las casas pasaban borrosas a su lado, cruzó una calle sin mirar, ignorando el claxon de un auto lejano, con el viento empujándole el cabello hacia atrás y el corazón retumbando como un tambor frenético, tenía que llegar al puente, si lo cruzaba, podía perderse entre las calles que daban al bosque viejo, donde solo ella sabía cómo moverse.
Pero la ciudad parecía más grande, más hostil, como si







