La entrada del lugar era imponente, con una iluminación cálida y una decoración elegante. Al llegar, fueron conducidos a una mesa privada con una vista panorámica de la ciudad. La atmósfera era sofisticada pero acogedora, el perfecto escenario para la celebración.
“Bueno, ahora sí podemos respirar” —dijo Helena, dejando caer suavemente su bolso sobre su silla.
Carlos observó el menú con ojos llenos de curiosidad.
“¡Este lugar es increíble! Definitivamente, esta cena será memorable.”
Mientras esperaban sus platillos, Alex levantó su copa.
“Quiero proponer un brindis. Por Los Laureles, por la transparencia que hemos logrado recuperar, y por cada uno de ustedes. Sin su esfuerzo, esta empresa no estaría de pie. ¡Salud!”
Todos alzaron sus copas, sonriendo, sintiendo que este momento no solo era una celebración, sino el inicio de una nueva etapa para la empresa.
Los platos comenzaron a llegar a la mesa. Exquisitos cortes de carne, mariscos delicadamente preparados, y opciones vegetarianas p