La mañana siguiente llegó con un aire de optimismo y nuevas expectativas. El equipo de Los Laureles se había reunido en la oficina de Laura para comenzar a planear la estrategia de la próxima fase, pero esa tarde, algo diferente ocurriría. Un momento que cambiaría la dinámica entre Alex y Laura, revelando que quizás compartían más en común de lo que ambos imaginaban.
Era mediodía y la oficina estaba en calma. La mayoría del personal había salido a almorzar, dejando a Alex y a Laura en un ambiente silencioso pero cómodo. La luz del sol entraba por las grandes ventanas, iluminando suavemente la habitación. Alex revisaba algunos documentos en su escritorio, mientras Laura se encontraba en su oficina, concentrada en su portátil.
De repente, una llamada entró y Alex decidió atenderla desde su oficina, sin querer interrumpir la concentración de Laura. La conversación fue rápida y sencilla, pero en ese momento, Laura sintió que algo en su interior despertaba. La voz de Alex, siempre segura y