Él entendía que eran parte de su pasado y que eso debía cerrarse, pero ¿Qué mejor prueba de confianza que esa? Ale las tendría cerca y no les tocaría ni un pelo, las pruebas se pasan y se demuestran en la batalla, no en la huida. Lo peor de todo es que Sam podría quedar como la mala de este cuento, ella debería confiar en él, total, si fallaba, ella podría irse sin ningún problema.
—Hola lindo, ¿Deseas bailar? —Una chica muy linda, con un vestido suelto y algo sencilla, se coloca al frente de él.
—Me gustaría, pero tengo novia. —Hace una mueca y luego bebe su trago.
—¿Y dónde está? —Mira a todos lados algo divertida, se veía pasada de copas.
—Está con unas amigas. —Sonríe amablemente.
—¿Y por qué te dejó tan solo? —Toca su pecho y él le quita la mano de encima.
—Estoy en una despedida de soltero. —Ella abre sus ojos impresionada.
—¿Estás comprometido? ¿Te vas a casar? —Él ríe y niega su cabeza.
—No, soy el padrino, pero amo mucho a mi novia y digamos que, si estoy comprometido, estamo