••Narra Charlotte••
Si ya estaba nerviosa al saber que alguien nos interrumpió durante… Lo que sea que estábamos haciendo, ahora me iba a desmayar al ver que era mi propio padre. Estaba allí, con el rostro congestionado en una gran mueca de enfado, sus ojos clavados en mí. Me recorrió de pies a cabeza y me sonrojé al instante. Me había colocado la camisa, pero por alguna razón, me sentía desnuda, como si él fuera consciente de lo que estábamos a punto de hacer.
Estaba a punto de traspasar una barrera con Frederick y sinceramente, no me arrepentía. Yo quería esto, quería estar con él.
—Charlotte, ¡vamos! —La voz de papá cortó mis pensamientos como un cuchillo, cargada de una autoridad que no admitía réplica.
Mis pies parecían clavados en el suelo. La mente se me quedó en blanco, atrapada entre la culpa y una confusión absoluta. ¿Qué hacía él aquí? ¿Cómo nos había encontrado?
—No… Papá, espera —balbuceé, sintiendo cómo el rubor se extendía por mi cuello en busca de las palabras adecu