Capítulo 101: Contrareloj.
Disimulé mi emoción lo mejor que pude, pero sentí que los latidos de mi corazón terminarían de delatarme. Volví al lado de Frederick, con la mente a punto de colapsar en busca de ideas.
Necesitaba ir a ese lugar, pero no sabía cómo hacerlo sin tener a este hombre como perro guardián.
—¿Ocurrió algo? —preguntó de pronto, llamando mi atención.
Cualquier idea que tenía por la cabeza, se esfumó al instante.
—¿Por qué lo dices? —Cerré los puños sobre mi regazo y lo miré a través de mis gafas oscuras.
—Te ves… dispersa. Como si estuvieras pensando en algo —Se retiró los lentes, colocándolos en el cuello de su camisa. Sus ojos azules me observaban como si pudiera leer en mi rostro lo que ocultaba.
Recordé que me había bajado la mascarilla y volví a colocarla en su lugar.
—Necesito ir al baño —dije de repente, poniéndome de pie.
—Bien, vamos a casa.
—¡No, ahora! —hablé con un poco más de fuerza de lo que pretendía, pero no podía arriesgarme a irme ahora que estaba tan cerca.
Me miró