81. Lo único para concentrarme
81
•Ryder
El motor vibró con fuerza bajo nosotros, y la noche nos envolvía como un manto cómplice. La moto rugía bajo su control, deslizándose con velocidad entre los caminos alejados del campamento. El viento golpeaba mi rostro, pero lo único en lo que podía concentrarme era en ella.
Seraphina.
Llevaba el casco puesto, su largo cabello antes oscuro y ahora rubio ceniza recogido y metido en la parte trasera como si supiera que eso me haría mirarla el doble. Tenía las manos firmes en el manillar, la postura erguida y esa forma de conducir que no parecía aprender de nadie. Era como si la moto fuera una extensión de su cuerpo. Una danza peligrosa y precisa.
Y yo estaba embobado.
Ni siquiera traté de disimularlo. A veces uno simplemente sabe que está jodidamente perdido, y yo lo estaba.
Perdido en ella.
No dije nada. Solo me incliné un poco y deslicé mis brazos alrededor de su cintura, sin pensar. O tal vez pensando demasiado. Su cuerpo se tensó al instante, como si un rayo le hub