La mañana de Valeria se convirtió en una carrera contra reloj luego del desayuno con Leonid. Su mente trabajo al cien por ciento tramando miles de escenas para cada uno de los invitados mientras trabajaba en el proyecto Zagreb. Ahí comenzaba su plan, saber cuáles eran las personas de su círculo social íntimo, ganarse la confianza de ellos y luego, en forma de chanza, lograr que le contaran secretitos de sus experiencias con su esposo estrella. Por supuesto aprovecharía para invitar a Sofía junto a Dimitri, de ese modo Leónid no sospecharían de ella y su interés en platicar con ella.
Era una idea formidable.
Y Nino se lo corroboró en el momento que lo llamó y le platicó acerca de sus planes. Leónid se había ido a la empresa a trabajar lo que le hizo más sencillo llamarlo por el teléfono monitoreado.
—Valeria, cariño que alegría escucharte —saludó con afecto genuino lo que le hizo sonreír a ella.
—Hola querido —el disimulo ante los guardias era perfecto —¿Qué tal has estado? —inicia una