Las lámparas de cristal brillaban en el techo del majestuoso salón del hotel, proyectando un resplandor cálido sobre toda la estancia. Una melodía suave flotaba en el aire, recibiendo a los invitados que asistían a la cena de gala exclusiva aquella noche. Todas las miradas parecieron detenerse cuando Bastian Arshino entró en la sala, acompañado por una mujer elegante y cautivadora: Nara.
El vestido azul marino que ceñía la figura de Nara se veía aún más hermoso bajo la luz de las lámparas. El maquillaje sutil, el recogido impecable y la sonrisa serena la hacían parecer una reina aquella noche. Mientras tanto, Bastian, con su traje negro perfectamente entallado, parecía el complemento ideal. Pequeños murmullos comenzaron a escucharse entre los asistentes.
"¿Es ella la señora Arshino?"
"Qué belleza... hacen una pareja perfecta."
"Realmente, son deslumbrantes."
Nara podía sentir las miradas posarse sobre ella. Había un ligero temblor en su interior, pero lo contuvo. Ése era su papel aque