Capítulo Dieciocho
La noche había caído. Las farolas comenzaron a encenderse, reflejando su luz tenue en los ventanales de la Mansión Arshino. En su habitación, Bastian se encontraba frente al espejo, vestido con un impecable traje negro, corbata oscura a juego y zapatos de cuero relucientes.
Justo cuando tomaba su reloj del tocador, la puerta de la habitación se abrió.
"¿Bastian, adónde vas?", preguntó Veni desde el umbral, recostada con aire casual. Llevaba el cabello recogido sin esfuerzo, el rostro sin maquillaje, y un pijama de satén que caía suave sobre su cuerpo.
"A una cena con clientes", respondió él sin volverse.
Veni entró lentamente y se sentó al borde de la cama.
"¿Puedo ir contigo? Al fin y al cabo, pronto seré tu esposa, ¿no?"
Bastian guardó silencio un instante antes de mirarla a través del espejo.
"Lo siento, Veni. Los clientes pidieron que fuera con Nara."
"¿¡Qué!?" Veni se puso de pie de un salto, el rostro tenso.
"¿Por qué ella? ¿Por qué no yo? ¡Yo soy mucho más ad