Unas horas después, Catherine comenzó a despertar poco a poco; sintiéndose infinitamente mejor, eso era más que obvio. Aunque eso no quitaba el hecho de que continuara sintiéndose un tanto fría y dolorida.
Le costó un par de minutos poder abrir los ojos de nuevo, pero apenas lo hizo extendió sus manos por la cama en busca de Thomas. Infortunadamente no lo encontró por ningún sitio y estaba claro que hacía tiempo que no lo estaba y es que la cama se sentía fría. Se incorporo entonces para voltear a su alrededor con rapidez, pero no lo encontró.
Decidió pues ponerse en pie, deseando buscarlo. Sin embargo, no había llegado a la puerta siquiera cuando esta se abrió y su nana apareció.
—¿Dónde está Thomas? —le cuestiono sin más.
—Se ha marchado —respondi&o