Varias horas después, arribo de nuevo a Londres. Sin embargo, en esa ocasión y a diferencia del viaje de ida poco tiempo atrás, solo ansiaba llegar a su destino.
Apenas arribo vio por primera vez la mansión de Thomas, la cual era sin duda hermosa. Apenas bajo del carruaje con la ayuda de un lacayo, se dirigió de inmediato al interior de la casa y es que todo cuanto deseaba era volver a ver a Thomas.
Al entrar, fue recibida sin demora por varias de las empleadas. Apenas la vieron arribar, estas se inclinaron ante ella con cortesía.
—Sea bienvenida señora —le dijo una de las jóvenes.
—Muchas gracias —respondió, mientras volteaba a su alrededor en busca de su esposo.
—¿Dónde se encuentra el señor? —indago y es que solo deseaba poder verlo de nuevo.
—En el estudi