El corazón de Hana golpeó con fuerza y no movió un músculo, estaba paralizada, observando con sorpresa y nervios a Jackson, que estaba ahí, frente a ellos, sentado y sin decir nada. Quería que fuese un sueño y que despertara en ese justo momento; que al abrir sus ojos todo estuviese oscuro, lleno de estrellas brillantes en el cielo y ver a Adrien durmiendo a su lado.

Soltó un jadeo al no saber cómo reaccionar, aferrándose al brazo del Alfa. Su mano temblaba haciendo que su agarre fuera algo flojo, pero, pese a ello, Hana no se separó del mayor. No quería que se alejara de él, necesitaba urgentemente poder decirle a Adrien que estaba asustada y que se negaba a que la dejara sola con Jackson, pero se sentía incapaz de decir una palabra sin balbucear en este estado.

Los puños de Adrien se cerraron con fuerza, conteniéndose para no ir y golpear en la cara al otro Alfa. Debía mantener la compostura y no actuar desprevenido como todo buen líder. Siguió con la mirada a Jackson mientras éste