Emil.-
Maté dos pájaros de un solo tiro con esta transacción, ver a Nadia ocuparse del negocio y quitarme por fin de encima a Lorna.
Desde aquella vez que cometí el error de acostarme con ella, creía que podía manipularme y convertirse en algo más, ¡ilusa!
— Ya nuestros hombres custodian las armas y la próxima vez cuando quieras deshacerte de una de tus amantes, por lo menos avísame, no me lances al ruedo así.
Su semblante es serio, su preciosa y delicada ceja enarcada, pero luego sus labios se curvan hacía arriba soltando una pequeña carcajada.
— ¡Está bien, lo confieso! Es divertido ponerlas en su lugar.
— Lo sé –expresé con arrogancia–. sabía que la controlarías.
Sin que lo yo lo espere se sienta a horcadas sobre mí y devora mi boca con una necesidad desesperada, se deshace de cualquier barrera, de cualquier concentración, mis dedos se hunden en su cuerpo, apretándola más al mío.
— Espera, mariposa, tengo que decirte algo antes de que aterricemos.
— Puede esperar –susurra dej