Nadia.-
Siento como mi estómago ruge no había comido desde esta mañana.
— Necesito algo de comer –salgo de la habitación tocándome el estómago, a medida que me acerco a la escaleras escucho susurros en la parte de abajo, al asomarme mi corazón se encoje, Lina y Emil están hablando muy cerca el uno del otro demasiado para mi gusto, no alcanzo a descubrir de que hablan, y no me importa solo no quiero verlos más así, a mí no me verán la cara. – ¿Qué hacen? –ambos voltearon a verme, fue gracioso ver como los dos perdían el color al ser descubiertos, mis ojos se fueron a Lina.
— Uhm… Emil me estaba autorizando llevarte al Spa como habíamos quedado además me estaba ordenando buscar los vestidos del baile, debo irme. –veo huir a Lina por la izquierda, bajo las escaleras con mis brazos cruzados, pasándole por un lado a Emil.
— Iré a la cocina –es lo único que le digo, no quiero demostrarle mis celos.
— Espera Nadia –me detengo al escuchar sus palabras. –debes alistar tu maleta buscaremos el te