60. una extensión de Malibú
“Ethan Hayes”
Una semana fingiendo que Mia es solo mi asistente personal. Una semana intentando ignorar cómo su perfume me atrae cada vez que entra en la oficina.
Cómo sus ojos evitan los míos. Cómo sus respuestas son perfectamente profesionales, sin un ápice de emoción.
En otros tiempos, habría tenido la distracción perfecta. Ahora, es como si todas las demás hubieran perdido el encanto.
Y como si la semana no fuera ya bastante complicada, aparece Theo, demostrando que la brillante idea de James no fue solo algo al azar tras unas copas de vino.
—El tour puede esperar —concluyo, sin derecho, sin pensar.
Mia me mira, sorprendida, pero en sus ojos está ese brillo que me recuerda cómo usó a Theo para provocarme en Malibú. Ya entonces no tenía derecho a sentirme afectado, mucho menos ahora, después de mi decisión de alejarme.
—Creo que llegaré un poco tarde al almuerzo, Theo —dice, sonriendo como si yo ni siquiera estuviera aquí.
—Claro, sin problema —responde Theo—. Pero no renu