“Mia Bennett”

Una semana.

Siete días, dieciséis horas y aproximadamente cuarenta minutos desde que Ethan decidió por nosotros.

No es que esté contando, claro.

Solo que cada minuto parece durar una eternidad cuando tienes que fingir que alguien es solo tu jefe. Fingir que esa persona nunca te besó, te tocó o te hizo sentir cosas que nunca habías sentido antes.

Pero lo estoy llevando bien. Mejor de lo que esperaba, en realidad. Descubrí que es más fácil lidiar con Ethan cuando me concentro solo en el trabajo.

Informes, reuniones, correos electrónicos… todo es simple cuando te mantienes tan ocupada que no tienes tiempo para pensar.

Excepto cuando él está demasiado cerca.

O cuando su perfume invade mis sentidos.

O cuando tengo que entrar en su oficina y encuentro a Miranda allí, siempre con esa sonrisa que grita victoria. Por cierto, ella se está esforzando mucho.

Desde que nos vio en el estacionamiento, el día de mi crisis, parece que decidió que su misión en la vida es restre