14. un secreto que me guardaré para mí
“Mia Bennett”
Tras toda esa tensión en el despacho de Ethan, incluido ese ridículo jueguecito en el que fingió que iba a besarme solo para demostrar que esa cercanía no funcionaría, salí de allí pensando en rendirme.
Sin embargo, algo dentro de mí me empuja a no ceder y a hacer exactamente lo que él espera que no haga. ¿Y qué si Ethan quiere verme fuera de aquí?
Si él quiere fingir que no pasó nada, yo también puedo jugar a ese juego.
Quizá haya un toque de masoquismo en esto, porque, a pesar del malestar que me provoca su indiferencia, una parte de mí está deseando verlo agotarse y aceptar mi presencia aquí.
—Hoy está de un humor… — murmura Gabriel, sacudiendo la cabeza cuando Ethan regresa a su despacho.
Fuerzo una sonrisa y vuelvo mi atención a mi escritorio. Si Gabriel supiera el verdadero motivo del estrés de Ethan, seguro que se quedaría de piedra. Pero ese es un secreto que me guardaré para mí.
Por fin, las horas pasan sin mayores sobresaltos. Ethan me ha dejado en paz,