13. Sobre aquella noche…
“Ethan Hayes”
Siento cómo mi mandíbula se tensa aún más al ver a Miranda de pie, con la mano en la cadera, lanzándome esa mirada analítica que tanto me revienta.
Todavía estoy lidiando con la tensión de la conversación con Mia, ¿y ahora Miranda cree que es el momento perfecto para poner a prueba mi paciencia?
Mi humor, que ya estaba por los suelos, se desploma todavía más.
—Mira a tu alrededor y dime qué opinas, señorita Pierce — digo, notando cómo los ojos de Mia se abren de par en par.
—Señor Hayes, yo… necesito ir al baño — dice mi asistente, aprovechando la oportunidad para escabullirse. Lista, la chica.
Miranda sigue sus pasos con la mirada y, en cuanto la puerta se cierra, se gira hacia mí. Ignorando mi evidente mal humor, una sonrisa se dibuja en sus labios.
—Pareces estresado — comenta, echándose el cabello hacia los hombros—. ¿Necesitas ayuda para relajarte, cariño? Sabes que siempre estoy dispuesta a…
—¿Qué quieres, en serio? — la corto con sequedad, sin pa