—Buena respuesta. No te preocupes por nada, solo tráela aquí. El helicóptero ya está de regreso. Mándame un mensaje en cuanto salgan de casa y les avisaré que estén listos con urgencia —terminamos de ultimar los detalles y colgamos. Ahora solo necesitaba inventar algo para conseguir que fuera a casa de sus padres. El ginecólogo estaba al tanto del plan y había confirmado que era seguro para ella viajar en helicóptero, así que podíamos seguir adelante.

Todo esto rollo de secretos me está dando un maldito dolor de cabeza. Pero esto era por mi Ángel, mi diosa. Ella merecía lo mejor y yo iba a dárselo. Terminé los últimos preparativos, asegurándome de que todo y todos estuvieran ya allí. Habían pasado dos horas y Ángel no se había despertado ni una sola vez. Supuse que tendría que ir a despertarla.

Entré en el dormitorio y ella roncaba como un camión. Me reí por lo bajo mientras me acercaba. Tenía un hilillo de baba en la mejilla, la trenza se le había soltado, un brazo sobre su barriga y