Miré a Armonía mientras hablaba con Sabueso. Sus papás estaban trabajando. Daniel era el jefe de la familia Fuentes y Guadaña era el presidente de Príncipes de la Oscuridad. Sabía que Guadaña se retiraría pronto y el peso del club recaería sobre los hombros de Salvaje.

Pero Salvaje o Harry no tendrían que preocuparse demasiado por arruinarlo. Tendrían a todos nosotros para ayudar a compartir la carga y, sin duda, involucrarían a Armonía para revisar las finanzas del club. El tipo era hábil en una pelea, pero si le ponías un montón de papeles enfrente, sudaba como si le pidieran resolver física cuántica sin ayuda.

Armonía me vio mirándola. Siempre la tenía en la mira y ella lo sabía. Desde la primera vez que la vi en su tienda. Vi cómo me lanzaba miradas furtivas con bolígrafos en el cabello y el rubor que podía pintar sus mejillas de un delicado color rosa. Hasta la forma en que mordía su labio inferior.

Supe en ese momento que era ella para mí. Pero, fiel a mi estilo de Forajido, balb