Sena había recién salido de la clínica, Alona le había pedido guardar el reposo debido pero como cualquier loba que desobedecía las indicaciones, decidió ir al refugio, su gente de la manada Sur aún la necesitaba y con todo lo que había pasado hace varios días los había dejado de visitar, no quería que pensarán que los abandonó, ella estaba ahí para ellos.
Cuando llegó se percató que los estaban organizando, pero su atención fue hacía una discusión que había al frente, entonces lo escuchó, ese nombre…
—¡Cállate, Sierra!
Sierra.
Y sin pensarlo fue directo hacía ellos y habló.
No podía negarlo, ambas tenían los mismos ojos y habían rasgos similares en el rostro, a pesar de haber pasado años, tenía que aceptarlo era su hermana.
Pero apenas fueron unos segundos que pudo verla, debido a que Dean apareció en ese momento, su voz grave y firme resonó en el salón del refugio.
—¡Llévenlos a los calabozos! —ordenó señalando a Kael y Sierra.
El murmullo de los refugiados se apagó de golpe.