—¿Cuánto tiempo llevas ahí? —le pregunto cuando por fin cesan mis sollozos.
—El suficiente —murmura—. ¿A qué viene eso de que la has cagado muchísimo? —Me abraza con más fuerza—. Espero que no te estuvieras refiriendo a mí.
—Pues sí, me refería a ti. —Paso de inventarme una excusa, no tendría sentido hacerlo.
—¿En serio? —Suena sorprendido y un poco cabreado, pero momentos después continúa—. ¿Te vienes a casa conmigo?
Noto que se tensa ligeramente.
¿Acabo de decirle que me refería a él y quiere llevarme a su casa? ¿Y qué pasa con Lily? Entonces está claro que no viven juntos.
—No —le contesto. Lo que he hecho ya es bastante malo.
—Por favor, Addison.
—¿Por qué? —le pregunto.
Necesito saber a qué se debe su fascinación por mí, porque, si paso más tiempo con este hombre, podría meterme en más líos todavía.
No puedo ir por ahí teniendo aventuras sórdidas con hombres mayores y comprometidos. Aunque, bueno, su edad está todavía por determinar. Hay algo extraño en este hombre, y rezuma pro