—Nick quiere verte, pero Glory no lo deja.
Pongo los ojos en blanco, miro en su dirección y veo que mi tía bloquea el pequeño hueco que hay entre el marco y la puerta. Entonces lo oigo. —Déjame entrar y no acabaremos mal, tía.
Sé que está sonriendo, pero su gesto amistoso no me engaña. Noto el tono de amenaza, incluso con mi tía. Va a entrar en la habitación, y ni siquiera ella va a poder impedírselo.
—Nick White, no te atrevas a llamarme «tía» cuando sólo soy nueve años mayor que tú —le espeta—. ¡Vete! La verás dentro de media hora.
—¡Addison! —grita por encima de mi tía.
Miro a Lucas, que asiente con la cabeza porque me ha entendido perfectamente. Los dos corremos hacia la puerta. Lucas toma la percha del vestido y yo recojo el bajo con los brazos. Lo llevamos al baño entre los dos y volvemos a colgarlo de la puerta.
Lucas se echa a reír.
—¿Crees que la tía aprenderá algún día o seguirá intentando domarlo?
—No lo sé.
Aliso el delantero del vestido, salgo con Lucas