—¿Y lo dejaste ahí? —La cara de Lucas es una mezcla de pasmo y diversión.
—Sí. —No se lo había contado—. Estaba muy enfadado.
—No me extraña. ¿Y llamó a Lily para que lo soltase?
—Sí —digo con los dientes apretados—. Y se ha acostado con ella.
—Vaya. —Lucas junta los labios—. ¿Y por qué la llamó a ella? —pregunta abriéndose un hueco entre Nick y yo para estar delante de mí.
—No pudo encontrar a nadie más. Mark estaba aquí y Dereck debía de estar ocupado también con otra cosa.
—¿Qué día fue?
—El miércoles. —Enarco las cejas y observo cómo retrocede mentalmente al miércoles por la mañana. De repente su cara adopta una expresión de culpabilidad y sé que ya ha caído. Ni siquiera voy a molestarme en preguntarle por qué Dereck no podía ir a rescatar a Nick—. Lily se lo ha pasado en grande informándome. Eso, unido a la agradabilísima experiencia de oír cómo tres mujeres compartían impresiones sobre las habilidades de Nick en la cama, han colmado mi vaso —refunf