—No lo sé. Provocaste algo en mí. Era perturbador. —Se echa hacia atrás y apoyo la cabeza en su pecho.
¿Qué le provoqué exactamente? ¿Un latido? Diría que esa frase es muy rara, pero él también provocó algo en mí y también era algo muy perturbador.
—Me regalaste una flor —digo en voz baja.
—Sí, estaba intentando ser un caballero.
Sonrío.
—Y cuando volviste a verme, ¿me preguntaste cuánto iba a gritar cuando me follaras?
—Esa boca, Addison. —Se echa a reír—. No sabía qué hacer. Normalmente sólo tengo que sonreír para conseguir lo que quiero.
—Deberías haber intentado ser menos arrogante.
No me gusta la idea de Nick sonriendo y consiguiendo lo que quiere. ¿A cuántas les habrá sonreído?
—Tal vez. Dime qué pensaste tú. —Me da un pellizco y sonrío para mis adentros. Podríamos tirarnos aquí la vida entera—. Venga, dímelo —insiste, impaciente.
—¿Para qué? ¿Para que se te hinche aún más el ego? —me burlo, y me castiga haciéndome cosquillas. Me retuerzo y salpi