—Sobre la fiesta de aniversario. —La preocupación se manifiesta en su tono de voz, no podía ser de otra manera. No pienso ir.
—¿Qué ocurre? —pregunto haciéndome la loca. No voy a alterarme porque no voy a ir, de ninguna manera, ni en un millón de años. Nunca. Nunca jamás. Me giro y lo beso en la boca para que no pueda hablar.
—Aún quiero que vayas.
—No puedes pedirme eso —le digo con calma, aunque me molesta un poco que sugiera una estupidez semejante. Un momento... Acepté ir antes de saber lo que era de verdad el Hotel, igual que Lucas. ¿Él va a ir? Qué vergüenza. Maldita sea, claro que irá—. Me lo pediste antes de que supiera la verdad.
—Me puse una fecha tope para contártelo —me dice con calma.
—Ah. —No sé qué decir. Lo descubrí antes de que llegara la fecha tope.
—¿Vas a pasarte la vida evitando mi lugar de trabajo? —pregunta, sarcástico. No me gusta su tono. No me gusta un pelo.
—Es posible —contesto. ¿Su lugar de trabajo? ¿Me está tomando el pelo?
—No digas ton