—Lucas, te va a entrar una mosca en la boca —lo regaño de broma.
—Lo siento. —La cierra—. Este lugar es muy elegante.
—Ya lo sé.
—Quiero que me lo enseñes —dice, y alza la cabeza para mirar a lo alto de la escalera.
—Que te lo enseñe Mark —le contesto—, yo necesito ver a Nick.
Dejo atrás el restaurante y me dirijo hacia el bar, donde me encuentro a Derek
Me lanza una gran sonrisa picarona y le da un trago a su cerveza.
—¿Qué estás haciendo aquí?
Ve a Lucas y se echa a reír a carcajadas. Frunzo el ceño.
—Yo también me alegro de verte, ¡idiota! —le dice Lucas saludándolo.
—Siéntense. —Da palmaditas sobre el asiento y mira a Tomás con preocupación.
Nunca he visto a Derek tan nervioso. ¿Estará ocultando algo?
Vuelve a darle golpecitos al asiento del taburete y nos sonríe con nerviosismo.
—Por favor.
Mi hermano se acerca y pone el culo en el taburete.
—Invítame una copa, hermano. —Lucas parece no darse cuenta de la situación y sigue fascinado con el lugar.
—Claro, hombre. —Ha