—En ninguna parte.
Cambia de postura, ocupa mi sitio en el rincón y me coloca bajo su brazo. Apoyo la mejilla sobre su pecho desnudo y le paso las piernas por el regazo. Inhalo para percibir todo su esplendor de agua fresca. Suspiro y dejo que la música suave y el calor de Nick me llenen de paz.
—Me encanta tenerte aquí —dice mientras juega con un mechón de mi pelo.
A mí también me encanta estar aquí, pero no como una marioneta. ¿Será siempre así? Podría hacer esto todos los días, ha sido un día fantástico. Pero ¿podría vivir con su lado controlador y exigente?
—A mí también me encanta estar aquí —susurro. Es verdad, sobre todo cuando se porta así.
—Bien. Entonces ¿te quedas?
¿Cuándo? ¿Esta noche?
—Cuentame algo de tu pasado.
Se acerca mi mano a la cara y me besa la palma.
—Por favor. No es nada que importe aquí y ahora. Desenterrar mi pasado no sirve más que para recordármelo.
¿Su pasado? ¿Así que tiene un pasado? Bueno, todos tenemos un pasado, pero la forma e