—Porque no —le espeto, y me gano una mirada furibunda. No voy a empezar a despotricar contra Lily y a aburrirlo con celos triviales.
Rebusca en mi mirada.
—Addison, por favor. ¿Vas a hacer lo que te digo?
—¡No! —grito.
Cierra los ojos con el objetivo de no perder la paciencia, pero me da igual. Puede obligarme a muchas cosas, pero no pienso ir al Hotel. Sigo sentada en la encimera, esperando a que Nick se desintegre ante mi desobediencia.
—Addison, ¿por qué te empeñas en complicar las cosas?
—¿Que yo complico las cosas? —Lo miro boquiabierta.
Es él quien necesita un polvo para hacerlo entrar en razón. El hombre alucina.
—Sí. Yo lo estoy intentando con todas mis fuerzas.
—¿Qué es lo que estás intentando? ¿Volverme loca? ¡Pues lo estás consiguiendo!
—Le doy un empujón y me voy como un rayo de la cocina mientras él maldice y me sigue escaleras arriba.
—¡Está bien! —grita desde atrás—. Me esperarás aquí. Volveré en cuanto pueda.
—¡Me voy a casa! —grito sin dejar de andar.
Me