Sigo luchando por librarme de Nick, que continúa comportándose como un idiota integral. Me está arrastrando, literalmente, hacia Evans, que dentro de pocos segundos levantará la vista del móvil y me verá. A lo mejor no lo hace. A lo mejor pasamos junto a él sin que me vea y ya está. Eso espero, porque me va a ser imposible deshacerme de Nick, y es aún más imposible que se comporte como un ser racional y me suelte.
Nos acercamos y decido dejar de resistirme y de llamar la atención. Evans está absorto en su móvil y cada paso que damos hacia él parece menos probable que vaya a levantar la vista. Mentalmente, le dedico a Nick una retahíla de insultos bastante explícitos y tiro de la mano para enfatizar mi enfado, pero él se limita a mirar hacia adelante y a seguir caminando con decisión.
—Pasaré por encima —gruñe.
En cuanto pasamos al lado de Evans por la acera me relajo. Ya casi lo hemos dejado atrás. Pero entonces Nick abre la boca:
—¿Tienes hora?
«¡¿Qué?!»
¡Este c