Me deja con ese pequeño comentario antes de irse.
Ah, ¿no es sólo sexo? Esas palabras me han alegrado el día. Quizá esta noche descubra qué trama esa maravillosa y compleja cabecita suya. De repente, me inunda la esperanza.
Tras darle muchas vueltas a qué voy a ponerme —me sorprende que no lo haya decidido por mí—, me decido por unos pantalones capri beige, una camisa de seda en nude y unas zapatillas color crema. Me aseguro de ponerme un conjunto de ropa interior de encaje color coral; le encanta verme vestida de encaje. Me hago un recogido informal, me pinto los ojos ahumados y termino con un brillo de labios sin apenas color.
Salgo al descansillo y me encuentro a un Nick irritado dando vueltas de un lado a otro. Frunzo el ceño.
—Tampoco he tardado tanto.
Levanta la vista y me dedica una sonrisa gloriosa, reservada sólo para mujeres, y vuelvo a sentirme segura. Me acerco a él y me mira de arriba abajo con satisfacción. En cuanto estoy lo bastante cerca, tira de mí hacia su cuerpo mu