Arya
Nadie puede ser tan estúpido e idiota a la vez, para enamorarse de la persona que fue completamente claro sobre lo que quería y necesitaba de ti. Se suponía que no debían suceder las cosas así, pero el simple hecho de que controlé tanto mis emociones para no enamorarme, me hacen sentir una tonta, porque caí completamente por el hombre que ama a otra mujer.
Lo desconozco tanto que siento lástima por mí. No fue sencillo de aceptar y leer las cartas me recuerdan que las personas solo aman una vez. El resto son solo para olvidar. Me frustra que ame a otra, que piense en otra y yo solo sea la mujer del contrato. Sasha no se ve formando un hogar conmigo y siendo feliz a mi lado. No nos ve siendo familia.
¿Saben que es lo peor? Que no quiero ni puedo irme. Cuando decidí estar con él, fue cuando olvidé todo lo que había en mi mente y le di rienda suelta a mis sentimientos.
Acepté que me había enamorado del hombre al que debía vigilar.
—Cara, estás hermosa —la voz de mi tía Alda, me hace