Capítulo 48

Desconcertada, tragó saliva con fuerza, intentando disimularlo. No podía permitirse que lo notaran. Y tenía que controlar lo que le estuviera sucediendo porque no tenía sentido. Alec no era suyo. Nunca lo había sido. Y, además, ella ya tenía un vínculo con su destinado.

Apretó los puños con fuerza hasta que sus nudillos se tensaron, intentando distraerse del impulso… uno que era absurdo. Ridículo. Y no podía permitirse sentirlo.

—Vaya… —La recién llegada ladeó la cabeza, deteniendo su mirada en Serethia por más tiempo del necesario—. No esperaba que tuvieras una invitada

—Ni yo que entraras —respondió Alec, con un tono relajado, como si su presencia no alterara nada, como si no hubiese percibido el cambio de Serethia.

—Espero no estar interrumpiendo nada… importante —añadió la chica, con un tono suave, pero sus ojos recorriendo la escena con una lentitud calculada.

—Dado el caso, no creo que te importe, ¿o sí? —replicó Alec, con un tono casual, sin dejar de mirar de reojo a Serethia.
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