En su mundo él es prohibido. En su mente solo es un sueño. Giovanny Arcuri es el CEO de la mayor compañía Inmobiliaria en toda América y Europa. Divorciado, con un hijo de once años bastante probablemático y una gran herida en su corazón. No estaba listo para tentaciones como las de Sera Llilvian. Ella creció en un orfanato. Después de graduarse y mil caídas, entra a la vida del arrogante italiano. Ambos no se soportan y sin imaginarlo terminarán durmiendo en el mismo techo convirtiéndose así en; La Institutriz del Italiano. ¿Qué pasará cuando un amor del pasado reclamé sus derechos? O peor aún, ¿Su amor será tan fuerte como para sobrevivir cada oscuro secreto? Yo querido lector. Te haré divagar entre tus más oscuras fantasías y deseos. Y créeme, lo vas a disfrutar. Sufrirás, pero recuerda que el dolor también forma parte del placer.
Ler maisMi respiración se atasca . Por un segundo pierdo completamente el aire que entra a mis pulmones, seguramente por el tremendo golpe que me acabo de dar en la espalda. Maldigo para mis adentros una y mil veces. Algunas piedras pequeñas se incrustan en la palma de mis manos. Definitivamente mataré a alguien.
—¡¿Crees que la calle tiene tu nombre acaso?! Tonto despistado.— Me impulso con ayuda de mis codos logrando sentarme sobre el frío y húmedo pavimento. Casi caigo a lado del charco más grande que he visto en todo Manhattan.
—¡Tú eres la que no ve bien! Casi te mato niña. La única despistada eres tú.
Frunzo el ceño. Escucho el azote de una puerta. Eso sí que no. Él me echó su lujosa camioneta encima. Me pongo de pie para encararlo.
—Te voy a dema…— callo abruptamente, abro mis ojos con asombro. No soy el tipo de mujer que se fija en los atributos de un hombre, pero este personaje sin duda, es todo un ángel. Me saca fácilmente dos cabezas, viste un traje con apariencia sumamente cara, algunas canas que lejos de verlo mayor, le dan un aire juvenil, iluminan la barba que envuelve finamente su rostro.
Exclama un par de palabras en un idioma que no comprendo del todo, habla como Italiano con una mezcla de Español. ¿Es posible mezclar ambos idiomas? Niego, debo enfocarme en lo que acaba de pasar.
Suspiro, mi bicicleta está completamente arruinada, una de las llantas ponchada y la otra se ha salido de su lugar. Si no corro ahora mismo se me hará tarde. Estoy justo en el estacionamiento del edificio antes de la compañía.
—No tengo tiempo para discutir— Gruño echándome a correr hacia la siguiente calle. Nunca podría reparar a Molisse, aunque quisiera. Y mi primer día en la Compañía Arcuri es la mejor oportunidad que he tenido desde que me gradué.
«Con estos tacones no voy a llegar» justo hoy visto la ropa más incómoda que pude encontrar en mi pequeño guardarropa. Pantalones de vestir color morado, camisa blanca y zapatos rosas de tacón. Amanda hizo un desastre al combinarme esto.
Respiro profundo al cruzar la entrada de la corporación. Lo primero que mis sentidos detectan es la brisa cálida del aire acondicionado a junto con los ventiladores de techo, el aroma fresco que deja la esencia de productos destinados a la limpieza, calman el golpeteo de mi corazón.
—¡Hola buenos días! Soy…
—Llegas tarde— responde de manera fría.
—Solo fueron un par de…
—No me interesa. Este es tu gafete. Área de ventas piso tres sección A15— La rubia me tiende mi identificación y otras cosas antes de entrar al ascensor. No esperaba una actitud tan seca.
Todo el interior es bastante lujoso pero sencillo a la vez. Tonos neutros, dorados y rojos es lo que más predomina en el interior. Mis manos empiezan a sudar, siento ese peculiar hormigueo recorrer la espalda baja.
«Estoy aquí, después de tanto esfuerzo logré entrar a la Compañía Arcuri»
Entro al ascensor emocionada. Me recargo, el golpe que me dí fue pesado, estoy segura que mañana por la mañana habrá un moretón listo para joderme toda la semana. Saco el móvil. Hay un mensaje de Demián deseándome suerte, sonrió de lado, ha pasado tanto tiempo desde la última vez que nos vimos. Después del orfanato y empezar los estudios, nuestras vidas se separaron una de la otra.
Salgo del ascensor. El área de ventas está justo a un costado. Toco la puerta, al segundo es abierta. Trago en seco, todo parece un caos dentro, soy la única que viste de rosa, las pocas mujeres que logro identificar traen consigo trajes color negro y gris.
«Que aburrido» pienso.
—Señorita Llilvian llega tarde.
—Lo siento Director. No volverá a pasar.
—Eso espero. Sígame, tengo su primer cliente en la línea.
Sigo al hombre de traje marrón y calvo hasta el final del pasillo. Algunos de los trabajadores fijan su mirada en mí, solo los más curiosos me repasan, mientras que los demás regresan a sus labores.
Justo al término de los cubículos se encuentra una pequeña oficina. En la puerta reluce el nombre de “Director” con letras doradas.
—Bueno Sara.
—Es Sera. En realidad— hago una pequeña mueca. Suelen confundir mi nombre muy constantemente.
—Bien, entonces Sera— levanta una ceja como si mi nombre no le cuadrara del todo.
—Recibí una perfecta recomendación de jazmín. La Señora Davis debió estimarla demasiado como para amenazar a la compañía si no la contrataba— río nerviosa. Le di clases privadas a su nieto durante tres meses. Es una buena mujer, le guardo un enorme agradecimiento.
—No tendrá quejas de mí. Se lo aseguro— Sonrió tratando de verme confiada.
—Muy bien. Tu primer tarea será a cenar con el Señor Johnson, es uno de nuestros más leales clientes.
—¿Disculpe?— Fruncí el ceño. No sabía que ir a cenar con los clientes estaba en mi ficha de trabajo.
—Harás lo que sea necesario para que firme el contrato de vienes raíces con la compañía Arcuri. Si lo logras. El puesto es tuyo—. Mi corazón empieza a latir con fuerza nuevamente, sufrir de taquicardia es lo peor. Estoy segura que La señora Davis no iba a cenar con sus clientes. Y aún en ello, empiezo a revolotear en mi mente el significado de “cenar”
«Mientras el postre no sea lo que está entre mis piernas todo bien»
—Entiendo cuál es mi trabajo pero… ¿No cree que es algo inmoral? — una pequeña risa sale de su garganta.
—Señorita Llilvian, si esta dispuesta a trabajar aquí, no creo que el concepto de inmoral sea un problema para usted— Frunzo el ceño.
—Cubículo doce. Claudia le mostrará que hacer. Su horario termina hoy a las cinco, colóquese algo lindo, más que nada decente— murmura viéndome de pues a cabeza— le mandaré la ubicación y los datos a tratar por correo.
[...]
Durante las próximas horas Claudia me mostró en qué consistía llevar parte de las ventas del Inmobiliario. A parte de mí, otras personas apoyaban en el mismo área.
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—¿En serio te pondrás eso?— Levanto una ceja cruzándome de brazos. Mi mejor amiga no hace más que colocar muecas cada que formo un conjunto para la cena de hoy.
—No voy a mostrar las nenas para que ese hombre coloqué su nombre en una hoja.
—Oh claro que lo harás. Ese calvo de tu jefe seguramente te está poniendo a prueba Sera si no llevas esos contratos mañana. Todo se va al carajo— cierro los ojos arrugando la frente. Tiene razón en cada palabra. Pero debe haber otra opción que no tenga que ver con acostarme con los clientes.
—Ni siquiera sabemos si es ese tipo de persona. Estamos especulando. Llevaré algo cómodo y lograré esa firma.
—Saldré con Robín. Iremos a festejar sus dulces treinta.
—Debería ser un crimen cumplir treinta y verse de quince. Tu hermana no es normal— río cogiendo una falda tubo color marrón.
—Asegúrate de agregarle algo rosa. No querrás parecer una abogada divorciada.
—¿Qué tienes en contra de las abogadas divorciadas?
—Oh j0dete Sera.
Me hice una coleta alta dejando mi fleco relucir. Me puse los pendientes color flamenco que Amanda me regaló en mi cumpleaños número veinticinco. Una camiseta blanca, chaqueta negra y tacones nude logran hacerme ver sofisticada. O eso creo.
Ahora que no tengo a Molisse conmigo deberé pedir un taxi. De todas formas llegar a sitios laborales con mi bicicleta ya no se vería bien. Una vez dentro del auto de sitio, recargo mi cabeza en la ventanilla. Las nubes cubren casi todo el cielo, impidiendo a los rayos del atardecer cubrir el exterior. Relamo mis labios ajustando mi chaqueta, haré que esto funcione, he perdido tanto en la vida, no quiero perder más. Le juré a alguien dejar de ser una perdedora, y voy a cumplirlo.
El restaurant es bastante lujoso, por suerte la cena está pagada por parte de la compañía Arcuri.
—Hola, estoy esperando al señor Jhonson.
—Buenas noches. Sí aquí está la reservación. Venga conmigo por favor.
Sigo al encargado hasta una de las mesas más cercanas al jardín. Trato de mantenerme tranquila puesto que el hombre sentado en ella, no deja de repasarme con la mirada. Es solo un poco mayor que mi jefe, su cabello pelirrojo cae en pequeños rizos sobre los hombros.
—Vaya , vaya. No sabía que la nueva sustituta de Jazmín sería todo una belleza. Siéntate por favor— menciona ajustando mi silla. Asiento en señal de agradecimiento.
«Esto será complicado»
—Es un placer conocerle. Mi nombre es Sera Llilvian. El Señor Rogers me entregó unos documentos que estaría perfecto si ambos pudiéramos revisar con detalle, estoy segura que…
—Wow, a parte de hermosa, dedicada— sonríe de lado moviendo hacía los lados en un fina danza una copa de vino blanco. —No te preocupes por ello. Podemos hablar de temas más, interesantes— murmura observándome. La incomodidad empieza a reflejarse en el temblor de mis piernas.
«Espero no patear traseros está noche» No quiero terminar en una celda. Respiro profundo.
—Rey todo está arreglado —Canon salió después de él. Habían ordenado todo respecto a la identidad de Leane. Benjamín sabía que ocultarle la verdad sería un riesgo que estaba dispuesto a ocultar. Pero no podría verle sufrir.—Por cierto. ¿Esta seguro de esto?- Preguntó su Leal entrando a sus espaldas a la camioneta. Había enviado a Isgeler y Maigel a Londres, tenían como tarea encontrar a dos personas que se hicieran pasar por los padres de su alma.La historia ya estaba a medio formular, padres ingleses, y viajeros a Kenmare una pequeña población de Irlanda al sur de Kerry.En pocas semanas y después de establecerlos, crearía las piezas faltantes en el rompecabezas. Al menos para que Leane se sintiera mejor. Aún estaba en pie la investigación sobre cómo llegó al bosque. Pero ese ya sería un asunto del mundo Vampiríco.—Haré cualquier cosa para protegerle Canon. Ahora que ella es mi esposa las cosas se teñirán de gris antes que de rosa.— Entendido Rey. Llegaremos lo antes pensando— co
Suspiró, no esperaría, es decir, se sentía mucho mejor desde que bebió el líquido amargo del rubio.Se puso de pie ante la atenta mirada de ambos. Llevaba puesto unos pantalones de pijama anchos de color rosa pastel, una blusa de tirantes violeta y arriba de está una bata algo transparente de tono rosado. Al ponerse de pie la amarró, se puso las pantuflas de peluche, acto seguido y sin mirar a los dos vampiros salió de la habitación.Suspiró cuando empezó a bajar las escaleras. ¡Estúpidos escalones, estúpido castillo frío, estúpidas piernas cortas! Lanzó mil maldiciones hasta llegar a la parte baja del castillo. Casi le da un infarto del susto al ver a Isgeler, el mayor de los hermanos que miraba con escrutinio.—¿Todo bien Reina?— Obviamente el aspecto de la humana no era el mejor. Tenía la piel pálida causa de su baja alimentación, el extremo estrés y ejercicio al cuál se vió gustosamente casi obligada a tener.— ¿Sabes en donde está Ferhial? Y voy a la cocina, muero de hambre— sus
—¿Entonces está rota o no?— gruñó Benjamín. El médico negó. Temía haberle causado algún daño.—Esta lastimada pero no tiene ninguna fractura. Con los cuidados necesarios estará como nueva en un par de días— Leane dudaba que en dos días ya pudiera brincar y saltar. No había lugar en su cuerpo que no le doliera. Hasta los ácaros en sus uñas debían estar jodidos.— Aquí están los medicamentos— un enfermero colocó las medicinas que debería tomar Leane para mejorar. Tanto analgésicos como desinflamatorios.Estaba ansiosa. Lo primero que hizo el vampiro cuando la consumación terminó fue llamar a un doctor para que la examinará a lujos de detalle, incluso le dio de su sangre para que se sintiera mejor.Pero lo único que quería hacer era comerse un puto elefante asado. Bueno, sería capaz de hacerlo. Apenas si había probado bocado en las últimas treinta y seis horas.
Frehial se encontraban un tanto preocupada por la muchacha. Había pasado ya un día desde la boda, y ni el Rey ni la Reina habían salido de su habitación. Y por si fuera poco estaba prohibido el acceso a ese sector del castillo.— Ella necesitará alimentarse. ¿A qué hora está acordado subirLos alimentos?— preguntó de nueva cuenta la castaña a su madre.—Dentro de dos horas. Deja de entrometerte, El Rey seguramente bebió de ella y ambos empezaron el ritual de consumación. Nada va a pasarle— Levantó una ceja cruzandose de brazos.—No estaría preocupada si mi Reina fuese una vampira, loba o elfa, pero es una humana— exclamó un sonido de horror— ¿Y si le rompió algo? O no pudo…controlar su sed?— Débora miró mal a su hija. Benjamín no era un vampiro recién transformado, sabía perfectamente lo que estaba haciendo.Del otro lado del castillo, los labios de la pelinegra se abrían en un jadeo silencioso.Su visión había empezado a ser borrosa desde horas antes, y a pesar de que moría por dormi
Colocó su cuerpo sobre la cama, observando esos ojos que le hacían delirar. Había esperando tanto para este momento. Leane se dio la vuelta, el majestuoso vestido negro de la coronación era pesado, un poco complicado de retirar. Claro que para el Rey de los Vampiros, nada le era difícil. En un rápido movimiento liberó el cuerpo de aquella prenda. Dejando a su humana en un diseño de lencería bastante simple.El pecho de Leane subía y bajaba, todo había pasado tan rápido, y a pesar de ello se encontraba encantada por el hombre que le miraba con deseo.Benjamín sonrió de lado, adorando las mejillas completamente sonrojadas de su ahora esposa. Se separó de la cama solo para quitarse parte de su vestimenta. Las manos de la pelinegra empezaron a sudar frío, no recordaba haberle visto sin algo que le cubriera el torso. La piel de su brazo derecho y abdomen estaban pinceladas con tinta negra, repasó con curiosidad los tatuajes sin forma conocida. Se sintió pequeña al estar frente a él.El Rey
Las manos de Leane le sudaban, el vestido apenas y cupo en la camioneta. En frente venía su sirvienta y de lado manejaba uno de los chóferes.Cientas de personas arribaron en frente del bosque de las luciérnagas.Detrás había un pequeño lago, mismo que sería lugar donde las Sirenas verían el evento. Toda creatura se había vestido y decorado para la ocasión. Líderes de vampiros, elfos, hadas, clanes, Alphas etc.El mayor de los trillizos informó al Rey de lo sucedido en el castillo. La irá del vampiro fue controlada por Canon, quién impidió cualquier desastre.— Averigua quien destruyó el vestido y asegúrate de que deje de existir— ordenó el Rey colocándose su saco.Leane llegó justo cuando todos estaban listos. Allí en ese precioso momento se preguntó si iría sola en su camino. Pero no sería así. Al bajar Canon se encontraba vestido en un traje de etiqueta azul mediterráneo. Para el Leal del Rey era un gran privilegio llevar a su Reina al altar bajo su dios.Leane respiró profundo, to
Último capítulo