Capítulo 43. Completamente suya.
Me encerré en mi habitación, con el corazón latiéndome a mil por hora. Había ganado, pero la victoria se sentía difícil. Necesitaba limpiarme la rabia y el perfume del bar.
Entré al baño, encendí la música a todo volumen en mi teléfono. Era una canción de moda que habían puesto en el bar, y me puse a tararearla fuerte. Me quité la ropa y entré a la ducha, poniendo el agua caliente casi hirviendo.
Estaba cerrando los ojos bajo el chorro de agua cuando sentí un cambio en el aire. La música era muy alta, pero la sombra que apareció detrás del cristal de la ducha no era la mía.
El cristal se abrió de golpe.
No alcancé a gritar. Ahí estaba Alejandro, ya desnudo, con su cuerpo grande y fuerte bajo el vapor. Había entrado sin que lo oyera por la música.
—¡Estás loco! —dije, sintiendo que la sorpresa se convertía en un escalofrío.
Él no contestó. Simplemente cerró la puerta de cristal, acorralándome entre la pared fría y su cuerpo caliente. El agua caía sobre los dos.
—No voy a dejar que te v