CHELSY
Un ruido me despertó de golpe.
Parpadeé varias veces, sintiendo la humedad de la hierba en mi piel. Me había quedado dormida en el jardín, pero no estaba sola.
Había algo moviéndose entre las sombras.
Contuve la respiración.
Me incorporé lentamente, con la sensación de que cada músculo de mi cuerpo se tensaba por instinto.
La luna iluminaba el jardín con un resplandor pálido, y en medio de la maleza, distinguí la figura de mi abuelo Charles.
Caminaba con lentitud, pero algo en su postura me inquietó.
No parecía él.
Había algo extraño en la manera en que su espalda se arqueaba, en cómo sus manos temblaban, como si algo dentro de él luchara por salir.
Mis labios se separaron en un intento de llamarlo, pero las palabras murieron en mi garganta cuando lo vi.
Su cuerpo comenzó a cambiar. No era una transformación normal. No era como los licántropos que había visto antes.
Esto era diferente.
Monstruoso.
Su piel empezó a oscurecerse, estirándose de manera antinatural. Sus huesos crujie