La mirada llena de sorpresa y hasta podría decirse que de horror se mostró en Ares, aquel observo a la mujer tras él
Y su expresión cambio por completo, aquella no era la chica triste y desolada que siempre había logrado ver
No, claro que no, no era a mujer con al que se había casado, esta mujer, era desconocida, era una mujer perversa, llena de tantas cosas malvadas en su interior
Que el solo hecho de verla frente a él, le molestaba, le fastidiaba de una manera terrible, tanto era su deseo de alejarla de su vista
Que lucho contra sí mismo, para no tomarla del brazo y sacarla de la habitación, para no hacerle daño
Pues primero quería escuchar de nuevo lo que ella dijo, quería confróntala por lo que dijo y más que todo, quería saber ¿Cómo era que sabía sobre su hija?
—¿De qué diablos hablas? Repite de nuevo lo que dijiste
Cada una de las palabras de Ares, mostraba una determinación como nunca, sin contar su expresión, aquella que haría que cualquier estuviese aterrado
Que cualquier sim