Si se trataba de un competidor, mejor. Sería la oportunidad perfecta para dar un escarmiento y mandar un mensaje a todos los demás.
No cabía duda de que era una empleada formada por Sofía, que pensaba justo igual que ella. Ambas querían hacer de alguien un ejemplo para los demás.
Pero cuando llegó el resultado, la asistente se quedó confundida. Esa cara… ¿dónde la había visto antes? No, más bien era el nombre lo que le resultaba familiar. ¿No era el novio de la señorita Vargas, la hermana de su jefa?
Había oído que ya estaban comprometidos, entonces, ¿por qué la estaba siguiendo? Por la relación familiar, estaba a nada de ser su cuñado.
¿Qué está pasando?
La asistente se mordió el labio, dudando si debía contarle la verdad a su jefa. Si se lo decía, ¿cómo lo tomaría? No sabía si se quedaría tan sorprendida como ella al descubrir de quién se trataba.
A juzgar por la actitud de Sofía, estaba claro que no tenía la menor idea. De lo contrario, no le habría pedido que investigara con tanta